
El levantamiento de material particulado y especialmente en época de restricción vehicular por mala calidad del aire, hicieron que el ingeniero en transporte y tránsito, Ariel López, les declarara la guerra este otoño a las sopladoras de hojas.
El profesional asegura que, si bien es necesario retirar las hojas para no tapar los ductos para evacuar las aguas de la lluvia, existen otros métodos, incluso con máquinas aspiradoras que tienen el mismo precio en el mercado. «Cuando uno sopla el suelo, con el viento, se levanta polvo también. Eso deja una polvareda en suspensión que las personas, al caminar por ahí, tienen que respirar», explica.
Agrega que «en condiciones de restricción vehicular es cuando más contaminación hay, entonces lo que uno debería hacer es no levantar polvo«.
El magíster en urbanismo recuerda que la construcción es uno de los rubros que más levantan polvo en sus faenas y que cuando hay emergencia ambiental, se suspenden sus operaciones. «El polvo en suspensión, que es grueso, porque es tierra en realidad, se mete en la nariz y molesta a la gente, especialmente a los niños«, detalla.
El profesional cree que los municipios u otras entidades «deberían hacer un cambio en su contrato de limpieza y mantenimiento, o la misma gente, y en vez de comprar o arrendar una máquina sopladora, que utilicen una máquina aspiradora«.
MOTOR CONTAMINANTE
Otro problema es que las máquinas sopladoras tienen motores de dos tiempos, que son de combustión interna que completa las cuatro etapas del ciclo (admisión, compresión, expansión y escape) en dos movimientos de pistón, es decir, una vuelta del cigúeñal. «Son sumamente contaminantes por sí mismos«, dice López.
Marcelo Mena, ingeniero civil bioquímico y académico de la UC de Valparaíso, apoya la idea y dice que ya se han restringido muchos contaminantes, como los combustibles sucios, las quemas agrícolas y el uso de chimeneas abiertas, de modo que se deben controlar estos nuevos tipos de emisiones.
«Una moto sin convertidor catalítico, que es muy contaminante; una moto mosquito también, eso se refiere a algo más básico, como el uso de motores de dos tiempos que no tienen control de emisiones y, en ese contexto, los sopladores de hojas, las orilladoras y cualquier tipo de maquinaria tienen un efecto cuando se empieza a acumular, que es local, que se huele, que se siente y que hay que reconocer», advierte.
El ex ministro de Medio Ambiente dice que, incluso, quienes operan las máquinas se están exponiendo a niveles cancerígenos y que quizá no tienen conciencia de que sea así». Claudia Rodríguez, doctora en Salud Pública, dice que las sopladoras de hojas deberían restringirse por varias razones desde el punto de vista médico y de la contaminación.
Menciona que «al soplar se crea un clima similar al de los aerosoles que puede dispersar por el aire todo tipo de partículas contaminantes, entre ellos, restos de excrementos, hongos, bacterias, elementos descompuestos, etc.«. La salubrista dice que otra razón es que la máquina funciona con combustibles y emite gases y partículas y, además, genera mucho ruido, que es otra arista de la contaminación.
Fuente: Las Últimas Noticias (Mayo 7, pág. 6)
Comunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV