Imara Gamboa, ingeniera civil química de la PUCV

Con una trayectoria marcada por el compromiso con la sostenibilidad, la transición energética y la igualdad de género, Imara Francisca Gamboa Caro representa a una nueva generación de ingenieros civiles químicos formados en la PUCV, capaces de desenvolverse en contextos cada vez más complejos, tanto técnicos como sociales y ambientales.
Imara comenzó sus estudios en la carrera de Ingeniería Civil Química de la PUCV en 2014 y se graduó en 2020. Desde entonces, ha recorrido un camino profesional diverso y desafiante, donde combina conocimientos técnicos, experiencia en territorio y una profunda vocación de cambio. «Buscaba una carrera desafiante, con un fuerte componente científico y proyección en diferentes industrias», comenta al recordar cómo tomó la decisión de estudiar Ingeniería Civil Química.
La elección por la PUCV no fue casual: «Es una de las instituciones más reconocidas del país en esta área, y además fomenta el desarrollo integral de sus estudiantes, algo que valoro mucho». Su carrera comenzó en el Laboratorio Ambiental de la SEREMI de Salud en Viña del Mar, donde fortaleció su formación en normativas y gestión ambiental. Más tarde, se unió a la empresa MAE como ingeniera de proyectos en el Proyecto Volta, una iniciativa ambiciosa que combina una planta de hidrógeno y amoníaco verde con un parque fotovoltaico. En ese rol, ha participado activamente en ingeniería, tramitación ambiental y en el relacionamiento comunitario. «Trabajar en el territorio, con las comunidades, me conecta con una parte fundamental de la profesión: entender que las decisiones técnicas siempre tienen un impacto social y ambiental», afirma. Este enfoque también la ha llevado a colaborar con organizaciones como la Asociación Mujeres en Energía y Women in Green Hydrogen, además de participar como voluntaria en la Academia de Transición Energética de LATAM y el Caribe de la ONG Uno.Cinco.
Su interés por seguir aprendiendo la llevó a realizar un Diplomado en Tecnologías del Hidrógeno en la PUC, y actualmente está cursando otro en Proyectos Energéticos en la misma universidad.
Una experiencia reciente que destaca fue su participación en la Gira Tecnológica de Hidrógeno Verde en Alemania, organizada por el Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética. «Visitamos empresas, centros de investigación y proyectos en marcha. Fue una experiencia intensa y valiosa, que me permitió entender cómo se organiza un ecosistema colaborativo en torno al hidrógeno verde», comenta. Más allá de lo técnico, Imara resalta lo mucho que ha ampliado su visión: «Regresé con nuevas perspectivas, una mayor claridad sobre los desafíos en Chile y la seguridad de que la colaboración, la innovación y el financiamiento son clave para el crecimiento de esta industria».

Sobre la formación que recibió en la PUCV, no duda en decir que fue esencial para su ingreso al mundo laboral: «La universidad ofrece una formación técnica muy sólida, pero también prepara para entornos diversos. Me enseñaron que el trabajo no es individual ni aislado, sino que siempre requiere colaboración, algo que aplico día a día». Además, reconoce que tanto las habilidades técnicas como las habilidades blandas han sido clave en su recorrido. «La capacidad de análisis integral que aporta la ingeniería de procesos ha sido fundamental. También, trato siempre de comunicarme con empatía y respeto, lo que ha fortalecido mi trabajo en equipo y el relacionamiento con otros actores».
Imara tiene muy claro que su vocación está en la transición energética. Le interesa profundizar en soluciones que integren sostenibilidad, territorio y perspectiva de género. «Creo que el desarrollo energético tiene que hacerse de forma responsable. No basta con diseñar soluciones viables, sino que también hay que pensar en el impacto que tendrán en las personas y en el medio ambiente».
Frente a los grandes desafíos sociales, ambientales y tecnológicos del mundo, ella piensa que la ingeniería química puede jugar un rol clave. «Nuestra profesión será fundamental en nuevas industrias como el hidrógeno verde, pero también en los sectores tradicionales. Siempre habrá espacio para mejorar, innovar y hacer las cosas mejor. Tenemos las herramientas para contribuir al cambio». A quienes hoy empiezan su etapa en la PUCV, su consejo es claro: «No se enfoquen solo en lo técnico. Desarrollen habilidades humanas, piensen críticamente, cuestionen todo y busquen siempre hacer los procesos más sostenibles y responsables. Y a las futuras ingenieras, especialmente: que sepan que su mirada es valiosa, que somos necesarias y que somos muchas las que estamos trabajando para abrir aún más ese camino”

Escuela de Ingeniería Química PUCV
Comunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV