
¿Qué entendemos por patrimonio portuario y por qué es relevante en una ciudad como Valparaíso?
– El patrimonio portuario no solo solo abarca edificios, muelles o grúas. También incluye elementos intangibles como las tradiciones, valores, creencias y costumbres que definen la identidad de una ciudad ligada al mar. En el caso de Valparaíso, el puerto nació primero que la ciudad; todo lo que hoy vemos -desde el trazado urbano hasta la vida en los cerros surgió en torno a esa actividad.
Preservar ese legado significa reconocer que Valparaíso es una ciudad portuaria por esencia. Y eso implica tanto conservar sus infraestructuras emblemáticas como revitalizar sus memorias sociales.
Hoy, muchas de esas expresiones están debilitadas por conflictos y falta de integración, por lo que recuperarlas es clave para fortalecer el vinculo entre la comunidad y su origen.
¿Es posible equilibrar el crecimiento crecimiento de la ciudad con la expansión del puerto?
– Sí, pero exige diálogo y cesiones mutuas. Las ciudades puerto como Hamburgo, Amberes o Buenos Aires enfrentaron este mismo dilema: el puerto necesita crecer y la ciudad también, pero compiten por el mismo espacio. Un buen ejemplo es Hamburgo, donde los antiguos almacenes portuarios fueron cedidos a la ciudad para ser reconvertidos en espacios culturales y habitacionales, mientras que el puerto se amplió en otras zonas.
Esta lógica de “ganar-ganar solo es posible si ambas partes -puerto y ciudad – están dispuestas a colaborar y construir soluciones conjuntas, entendiendo que se necesitan mutuamente.
¿Existen avances similares en Valparaíso?
Aunque aún no hay transformaciones tan radicales como en otros puertos internacionales, si existen intentos de integración, uno de ellos es el edificio que está construyendo EPV, que albergará espacios para la ciudadanía, como un museo, zonas de trabajo y recreación. También siguen operativas las tradicionales lanchas que recorren la bahía, símbolo vivo del vinculo de la ciudad con el mar.
Otras iniciativas, como el Museo Naval o la recuperación de sectores portuarios como Barón, también buscan poner en valor el patrimonio portuario, aunque queda camino por recorrer para lograr una integración más profunda entre modernización e historia.
¿Qué rol pueden jugar las universidades y centros de investigación?
– Un rol fundamental. Las universidades no solo forman profesionales para el sistema logístico y portuario, también producen conocimiento, desarrollan tecnologías y visibilizan temáticas relevantes como el patrimonio. En el caso de la PUCV, han participado en diversos proyectos, incluyendo uno financiado por la Unión Europea sobre sostenibilidad en puertos, que implicó visitas a Hamburgo, Valencia, Copenhague y Malmö. Estas experiencias muestran que, en los puertos más avanzados, las universidades están integradas como actores clave dentro de las comunidades portuarias.
En Chile, ya existe participación académica en instancias como FOLOVAP y Colsa, aunque uno de los grandes desafíos es acortar los tiempos entre lo que el sector productivo necesita y lo que el mundo académico puede entregar.
¿Cómo debería proyectarse el borde costero de Valparaíso de manera sostenible?
– Uno de los mayores desafíos es recuperar el acceso ciudadano al borde costero. Actualmente, el tren y el diseño urbano dificultan esa conexión, lo que ha generado una desconexión emocional y fisica entre la comunidad y el mar. Cualquier proyecto futuro, ya sea de expansión portuaria o de renovación urbana, debe garantizar ese acceso. Algunas propuestas ya consideran incorporar espacios públicos y áreas de encuentro ciudadano en el borde costero. Además, las excavaciones recientes han revelado vestigios arqueológicos que podrían incorporarse como parte de una narrativa histórica, ayudando a recuperar y compartir la memoria del territorio. En definitiva, abrir el puerto a la ciudad es abrir las puertas a su identidad.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso (31 de Agosto. Pag.16)
Comunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV