Infraestructura será la plataforma para el desarrollo de proyectos con miras a explotar el potencial chileno en observación espacial.

Este miércoles se llevó a cabo la inauguración del primer observatorio de investigación espacial de la Región de Valparaíso, en el Campus Curauma de la PUCV. Se trata de un hito para el desarrollo científico de la zona y que será la casa de investigadores que buscan mejorar materias como la comunicación satelital y problemas como la basura espacial.
Tras años de trabajo, el observatorio de la universidad finalmente está operativo. El proyecto, presentado por académicos de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, en colaboración con la Facultad de Ingeniería PUCV y su proyecto Ingeniería 2030 financiado por ANID, viene a resolver una necesidad por parte de los investigadores de la universidad: tener un espacio donde poner en práctica proyectos que buscan resolver temas tan elementales como la comunicación satelital oportuna.
Para el profesor Esteban Vera, director del laboratorio Optolab de la Escuela de Ingeniería Eléctrica, y quien lidera el proyecto SeeTrue mediante la adjudicación de un Proyecto Anillo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, tener un observatorio como éste, dotado de un telescopio Ritchey-Chrétien, ayuda profundamente al desarrollo de investigación vinculada al manejo de la luz y las técnicas de óptica adaptativa.
“Los satélites podrían comunicarse con luz, pero para comunicarse con luz necesitamos receptores, y los receptores naturales son los telescopios ópticos. Son pocos los satélites que tienen estas capacidades, pero es algo que va a venir a futuro. Esto es una plataforma, y además nos permite involucrarnos en la carrera espacial de manera mucho más comprometida”, menciona.

BASURA ESPACIAL Y EMERGENCIAS DE LA TIERRA
En palabras del profesor Vera: “no basta con ir al espacio, también tenemos que saber qué hacemos desde la Tierra”. Esto se vincula al hecho que la humanidad se encuentra frente a una nueva disyuntiva: los satélites no son eternos, en algún momento dejan de funcionar y se transforman en chatarra espacial. Algunos empiezan a girar de forma descontrolada o regresan a la Tierra pero, a medida que eso ocurre, sus trayectorias podrían producir choques y fragmentación de materiales.
Para el científico de Optolab, la vigilancia espacial, uno de los temas de investigación del laboratorio, permite justamente monitorear, trackear y catalogar objetos no deseados. “El hecho de que tengamos buenos cielos en Chile, buenas condiciones atmosféricas, también nos podría ayudar a observar estos elementos que solo nos van a perjudicar y podrían también incidir en que no podamos salir de la Tierra. Por ejemplo, en una situación donde haya tantas cosas dando vuelta que no tengamos cómo salir con un cohete sin ser golpeados”, afirma.
Al mismo tiempo, las comunicaciones ópticas podrían mejorar la transferencia de datos hacia la tierra y, desde el Laboratorio, creen que la única manera de hacerlo más rápido es a través de las comunicaciones ópticas, usando rayos láser.
“Esto permite lograr velocidades más altas. Hoy, todo el mundo usa fibra óptica, porque hay una ventaja en utilizar luz en las comunicaciones, porque tiene un ancho de banda súper grande, y las mismas ventajas se quieren aprovechar en el espacio. Entre satélites no es tanto problema; el problema es llegar a la Tierra. Si queremos construir capacidades desde la Tierra para comunicarnos, necesitamos desarrollar tecnología que nos permita que la atmósfera sea lo más transparente posible. Eso es lo que queremos lograr”, agregó, explicando que tener sistemas robustos para bajar datos de forma expedita podría ser vital en el manejo oportuno de incendios, terremotos, y resiliencia ante catástrofes.

CAPACIDAD INSTALADA
Según las palabras del Decano de la Facultad de Ingeniería, Gianni Olguín Contreras, una de las directrices que la universidad tiene en la tercera etapa del proyecto de Ingeniería 2030 es fomentar la Investigación aplicada, el desarrollo e innovación (I+D+i). “Desde esa arista, la inauguración de hoy aporta sustantivamente a esto. Cuando uno hace la pesquisa respecto a los proyectos que están en condiciones de migrar hacia futuras transferencias tecnológicas, este es claramente uno de ellos”, menciona.
Al mismo tiempo, explicó que la interdisciplinariedad es medular para la consolidación de este tipo de materias. “Cuando trabajamos en soluciones a los problemas de la industria, la manera de abordarlos tiene una forma interdisciplinaria. Este proyecto es justamente eso. Electrónica, óptica, inteligencia artificial, son algunas de las especialidades. Así mismo, en la parte educacional, es bueno ir conectando estos proyectos y traspasarlos al proceso formativo: es crecer junto a problemas reales que tiene la industria. Para los ingenieros eso es importante”, indica.
Por su lado, para el Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Rodrigo González Rebeco, es de vital importancia tener la disponibilidad de infraestructura necesaria para investigación y desarrollo de proyectos.
“Esto permite que las investigaciones puedan generar capacidad instalada en la Región, que es clave para el desarrollo. Que la PUCV tenga estas iniciativas con financiamiento público es siempre positivo para el país”, afirma.
El Seremi también se refirió a que la Región está haciendo esfuerzos para posicionar al mundo científico en la toma de decisiones, explicando que «en la Región de Valparaíso estamos formando una mesa que busca mezclar el mundo científico con el mundo político, donde están los tomadores de decisiones, para que sea con un grado de pertinencia científica. Entendemos que esto es clave para darle el espacio necesario a este tipo de iniciativas. En este punto paso a felicitarlos. Esto es importante para la universidad, pero también para la comunidad”.

Visita la página web para conocer más sobre el proyecto.
Comunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV.