Innovadores proyectos escolares en nueva versión de Ingenio Bioactivo PUCV

Biocuero elaborado en base a cáscaras de manzana, ungüento de betarraga para el dolor muscular, pastillas para la digestión formuladas con vegetales y una barra energética que aporta fibra y vitaminas extraídas del kiwi, son algunos de los proyectos presentados por escolares de diversos establecimientos educacionales de la región en una nueva versión de Ingenio Bioactivo PUCV. Se trata de una actividad organizada en conjunto por la Escuela de Ingeniería Bioquímica y la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), que se enmarca en el programa escolar “Incentiva en el Aula 2025”, y busca potenciar las competencias de innovación y emprendimiento en los estudiantes a través de soluciones sostenibles. Pablo Zamora, coordinador de innovación y emprendimiento de la Universidad, explicó que esta actividad tiene como objetivo que los escolares aborden un desafío utilizando diferentes metodologías para la innovación, con el propósito de acercar las ciencias, tecnologías y el quehacer del ingeniero bioquímico a los jóvenes, y motivarlos con las disciplinas científicas. En esta ocasión, el encargo era tomar un desecho orgánico del mercado Cardonal para desarrollar un producto nuevo que es elaborado en los laboratorios de la universidad, donde los escolares aprendieron conocimientos y técnicas en bioprocesos, innovación y emprendimiento, bajo la premisa del aprender haciendo y la sostenibilidad. “El fomento de la innovación en nuestro país es un elemento clave para el progreso, la economía y –por supuesto– para el desarrollo social. Por lo tanto, poder incentivarlo en etapas tempranas va a permitir no sólo que nuestros estudiantes incrementen sus potencialidades, sino que va a contribuir al desarrollo económico local”, indicó Zamora. Para Gregorio Vásquez, profesor del colegio María Montessori de Los Andes, “ha sido una experiencia maravillosa. Llevo años participando con la PUCV, lo que ha significado que muchos estudiantes de mi colegio puedan conocer lo que es la vida universitaria. El trabajo en los laboratorios fue espectacular, hicieron uso de todos los implementos, los monitores de la universidad nos acompañaron, resolvieron dudas y fueron muy incentivadores con los niños; es una gran actividad e incluso tengo exalumnos del colegio que hoy día están estudiando en la PUCV y que en su momento participaron en esta iniciativa”. ALGUNOS PROYECTOS En esta ocasión, diversos equipos conformados por estudiantes de tercero y cuarto medio de establecimientos educacionales provenientes de toda la Región de Valparaíso, elaboraron productos a partir de desechos orgánicos obtenidos en el mercado Cardonal. “Lo que nosotros desarrollamos fue una especie de biocuero a partir de la cáscara de manzana, pensando para la manufactura de billeteras. Estoy muy agradecido por tener esta gran oportunidad porque no se les da a todas las personas”, manifestó Leonidas Cofré, alumno de tercero medio del Panamerican College de Viña del Mar. Por su parte, la estudiante de tercero medio del colegio María Montessori de Los Andes, Agustina Mardini, explicó que “el encargo era reutilizar la fruta y verdura del mercado. A nosotros nos tocó la betarraga y la usamos en un ungüento con extracto de betarraga, más una mezcla de cera de abeja con aceite de coco, para los dolores musculares y las tensiones”. Asimismo, Isidora Cabrera, alumna de cuarto medio del colegio María Montessori de Los Andes, dijo que “nuestra elaboración son pastillas para la digestión. Fuimos al laboratorio, ocupamos todos los implementos y nos impresionó que tenían de todo: deshidratador, hornos, todo disponible y a la mano. Además, los monitores de la universidad estaban súper dispuestos a ayudarnos. Esto nos impulsa y nos inspira a querer hacer las cosas”. El estudiante de cuarto medio del Liceo Juana Ross de Edwards, Matías Ruiz, indicó que “nuestra propuesta es elaborar, en base al kiwi, una barra de alimento saludable que entregue energía, nutrientes y vitaminas. La experiencia de venir a la PUCV y trabajar en los laboratorios ha sido muy bonita y algo que he deseado desde chico y es muy satisfactorio también para mis compañeros de equipo”. Ingenio Bioactivo se realizó durante tres jornadas presenciales en las dependencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, con el din de aportar soluciones sostenibles e innovadoras. Fuente: PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Cuatro jóvenes representarán a Chile en la principal Cumbre de Liderazgo organizada por el Foro Económico Mundial

El Global Shapers Annual Summit 2025 se celebrará entre el 9 y 11 de julio en Ginebra, Suiza. Mientras en distintos rincones de Chile impulsan proyectos para transformar sus territorios, cuatro jóvenes líderes alistan sus maletas para cruzar el océano y llevar las voces de sus comunidades hasta uno de los espacios más influyentes del mundo. Entre el 9 y el 11 de julio, Matías Muñoz (Hub de Valparaíso), Domingo Palomino (Hub de Santiago), Elías Godoy (Hub de Concepción) y Matías Mansilla (Hub de Valdivia), viajarán hasta Ginebra, Suiza, al Global Shapers Annual Summit 2025, la principal cumbre mundial de liderazgo juvenil organizada por el Foro Económico Mundial.  Durante tres días, se reunirán con más de 500 jóvenes de todo el mundo para fortalecer sus capacidades de liderazgo, participar en talleres colaborativos y sesiones de diseño de impacto. Esta experiencia busca potenciar el trabajo de Global Shapers brindándoles herramientas y redes para desarrollar proyectos sostenibles, inclusivos y con foco en liderazgo con propósito, economía juvenil, innovación social y acción climática intergeneracional.  Desde el Hub de Valparaíso, Matías Muñoz explicó lo que significa para él participar en esta instancia: “Representar a la Región en un encuentro internacional de liderazgo joven es un profundo orgullo y una gran responsabilidad. Nací y crecí en el Cerro O’Higgins, y siempre he creído que nuestra región tiene un enorme potencial para aportar al mundo. Un ejemplo de esto es la candidatura de Valparaíso para ser sede del BBNJ (Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina), lo que posicionaría a la ciudad como un actor clave en la gobernanza global de los océanos”. Este encuentro también es un gran momento para visibilizar el trabajo que han realizado por medio de diversos proyectos: “Me honra representar al grupo diverso y talentoso que conforma el Hub de Valparaíso: fundadores de ONGs y emprendimientos sociales, jóvenes involucrados en política, voluntariado, ciencia, activismo ambiental y mucho más. Es profundamente inspirador ver lo que estamos creando y tener la oportunidad de compartirlo en un espacio global es, sin duda, un sueño hecho realidad”, mencionó Muñoz. Sobre sus expectativas para esta cumbre, agregó: “Espero que el Annual Summit sea una instancia de aprendizaje profundo y conexión auténtica. Busco nutrirme de experiencias, metodologías y visiones diversas que fortalezcan mi rol como curador este año. Nuestro Hub nació hace apenas un año y confío en que pronto nos consolidaremos como una organización influyente en la región, capaz de representar con fuerza a las juventudes en los espacios de decisión”.  Global Shapers es parte de una red impulsada por el Foro Económico Mundial que reúne a personas menores de 30 años comprometidas con generar impacto positivo en sus comunidades. Actualmente, Chile cuenta con hubs activos en Santiago, Concepción, Valdivia y Valparaíso, donde jóvenes profesionales y estudiantes impulsan proyectos enfocados en generar soluciones a problemáticas sociales, económicas, ambientales, entre otras.  Global Shapers Valparaíso Comunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Alumni Maureen Griffiths: “Las oportunidades no llegan, uno las busca”

Con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer Minera, el pasado jueves 19 de junio se realizó una charla en el Auditorio de la Facultad de Ingeniería, organizada por el Centro de Estudiantes de Ingeniería Civil de Minas. La actividad contó con la destacada participación de Maureen Griffiths, alumni de la Escuela de Ingeniería Química de la PUCV e integrante de Women in Mining Chile (WIM), quien compartió su trayectoria, reflexiones y aprendizajes acumulados tras más de una década de trabajo en la industria minera. Desde el inicio, Maureen Griffiths estableció una conexión cercana con el público. A través de imágenes personales, relató cómo su vocación por la minería tiene raíces familiares profundas. Al mostrar una fotografía de su abuelo, exminero formado en la Escuela de Minas de Copiapó. “Nos inculcó mucho el valor de la tierra, del arraigo por el desierto. Tengo una historia familiar ligada al cerro que me ha marcado profundamente y es parte de los motivos que me hacen trabajar día a día en la minería”. Actualmente, Maureen se desempeña como subgerente Corporativo de Proyectos Tecnológicos en Antofagasta Minerals, liderando iniciativas innovadoras en las cuatro faenas del grupo. Sin embargo, llegar a ese rol ha implicado un recorrido lleno de desafíos, decisiones y reconversiones. “Yo no partí en tecnología, fue un camino que se fue abriendo”, comentó. “Uno a veces, estando en la universidad, visualiza una trayectoria lineal. Pero en el camino te encuentras con otras cosas que también te atraen. Eso me pasó a mí con la tecnología, que se unió con la minería y me abrió nuevas posibilidades”, expresó. Durante la charla, Maureen rememoró sus inicios, como su práctica en Chuquicamata, su paso por División Andina y su trabajo en el campamento minero de El Salvador, donde permaneció ocho años. “El trabajo en fundición es muy rudo. De todas las partes del proceso, probablemente es el lugar donde menos mujeres hay”. Sin embargo, también destacó los avances que la industria ha experimentado en los últimos años, en términos de inclusión y equidad. “Hoy tenemos accesos universales, mucha teleoperación. Personas con discapacidad pueden trabajar desde la ciudad, operando remotamente. Esto ha enriquecido mucho nuestros equipos”. Durante el espacio de preguntas, surgió la inquietud por los desafíos que ha enfrentado en su carrera. Maureen recalcó la importancia de desarrollar la capacidad de adaptación. “Salir de la zona de confort es difícil, pero necesario. Adaptarse es clave para trabajar en minería”, señaló. También mencionó la relevancia de generar vínculos dentro de los equipos. “Estamos conviviendo entre generaciones, géneros, culturas distintas. Buscar un lenguaje común y puntos de encuentro es fundamental para colaborar y no trabajar en silos”. En su reflexión, también abordó los cambios culturales dentro de la industria. Contó anécdotas sobre cómo era trabajar en faena hace una década. “Antes ni casco se usaba. Hoy el ambiente laboral ha cambiado mucho; hay más respeto, mejores condiciones y un fuerte compromiso con la sustentabilidad”. Maureen Griffiths valoró especialmente las políticas de conciliación trabajo-vida personal, pero fue crítica frente a su uso desigual entre hombres y mujeres. “Tenemos beneficios para que madres y padres puedan ir, por ejemplo, al acto de sus hijos. Pero el 99% de quienes usan ese permiso son mujeres. El desafío ahora es que los hombres también se apropien de esos espacios”. Fue así como a lo largo de su intervención, insistió en la importancia de tomar iniciativa y buscar activamente oportunidades. “Las oportunidades no llegan, uno las busca. Hay que levantar la mano, decir, esto me interesa, aquí quiero estar. Es clave participar, hacer redes, prepararse, y acompañarse de buenos mentores”, enfatizó. Finalmente, motivó a las y los estudiantes presentes a acercarse a la realidad del trabajo minero y tomar decisiones informadas sobre su futuro profesional. “Desde el aula cuesta ver de qué se trata realmente la minería. Por eso es importante vivir la práctica, pararse con los pies en el desierto, sentir el sol, el viento, el frío. Eso es parte de lo que somos como industria”. Escuela de Ingeniería Química PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Estudiantes de Ingeniería Civil Química PUCV realizan limpieza de playas en zona de sacrificio

Estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil Química de la PUCV llevaron a cabo una limpieza de playas en la localidad de Ventanas, comuna de Puchuncaví, conocida como una de las principales zonas de sacrificio del país. La actividad, realizada el pasado viernes 13 de junio, fue parte de la primera salida a terreno del ramo de Ingeniería Ambiental. Durante la visita, los estudiantes recorrieron el borde costero afectado por residuos, realizando labores de limpieza y observación del entorno para conocer de primera mano los impactos de la actividad industrial sobre los ecosistemas y las comunidades locales. La instancia fue organizada por la profesora a cargo del ramo en conjunto con el Centro de Alumnos, y se enmarca en una propuesta formativa integral que busca no solo entregar herramientas técnicas, sino también fomentar una comprensión crítica y ética de las problemáticas socioambientales del país. “Participar en actividades como limpiar playas y visitar zonas de sacrificio nos permite entender directamente el impacto que nuestras acciones tienen en el medio ambiente y en las comunidades que dependen de él. Solo a través de la conciencia y el compromiso podemos lograr cambios reales”, destacó Esperanza Gálvez, docente del ramo y alumni de la PUCV. Estas salidas permiten a los estudiantes desarrollar no solo competencias técnicas, sino también sensibilidad social, responsabilidad ciudadana y una mayor conexión con las realidades territoriales, muchas veces invisibilizadas por los modelos de desarrollo actuales. “Como Centro de Alumnos, creemos firmemente que nuestra formación no puede limitarse a las aulas. Esta salida fue una experiencia profundamente enriquecedora, no solo en lo académico, sino también en lo humano”, señaló Krishna Marambio, presidenta del Centro de Alumnos de Ingeniería Civil Química, quien además agradeció a la profesora y a la Escuela de Ingeniería Química por facilitar este tipo de iniciativas. “Este tipo de oportunidades son fundamentales para crecer como personas y crean recuerdos que perdurarán durante toda la carrera”, concluyó la estudiante. Escuela de Ingeniería Química PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Estudiante del MIP y académico de la EIQ exponen en el congreso Annual Conference & Exhibition (ACE) en Estados Unidos

Entre el 9 y 12 de junio, Mariela Martínez Pastén, estudiante del Magíster en Ingeniería de Procesos (MIP) y Ernesto Pino, académico de la Escuela de Ingeniería Química, participaron en el congreso Annual Conference & Exhibition (ACE) 2025, organizado por Air & Waste Management Association (A&WMA). Este evento fue desarrollado en el Centro de Convenciones de Raleigh, Carolina del Norte, en Estados Unidos y representa uno de los encuentros más relevantes a nivel mundial en materia de gestión ambiental y calidad del aire. El congreso reunió a expertos, académicos y estudiantes de diversas partes del mundo. Mariela asistió como parte del equipo de investigación del proyecto Fondecyt Iniciación 2023, (Folio 11230189), del cual forma parte como tesista. En esta oportunidad, presentó el póster titulado “Assessing the impact of dimethyl sulfide (DMS) emissions on air quality in coastal Chile using CMAQ modelling”, trabajo que forma la base de su tesis de postgrado. Además, participó en el concurso de posters, compartiendo resultados y metodologías con otros investigadores del área. Su postulación fue realizada a través del conducto regular de la organización A&WMA. “Fue una excelente experiencia; logré conectar con estudiantes de otros programas de postgrado y asistir a presentaciones de alto nivel sobre investigaciones actuales en calidad del aire”, comentó Mariela, quien destacó además la oportunidad de conocer nuevas líneas de investigación y modelos fotoquímicos que enriquecerán su proyecto de tesis. Asimismo, la estudiante valoró el impacto académico y profesional de este encuentro, pues le permitió adquirir nuevas ideas, perspectivas de análisis y experiencia en la difusión de resultados científicos. Mariela anima a otros estudiantes a postular y participar de estas instancias internacionales: “No solo se muestra el trabajo que uno realiza, sino que también se generan redes de contacto valiosas para el futuro”, señaló. Finalmente, agradeció el apoyo de la Dirección General de Asuntos Internacionales (DGAI), pues fue beneficiada con la beca del Programa de Apoyo a la Internacionalización de los Programas de Magíster (PAIM-PUCV), lo que hizo posible su participación en este destacado evento. Por otro lado, el académico Ernesto Pino realizó una presentación de la investigación titulada “Effects of Oceanic Emissions of Halocarbons on the Air Quality of Chilean Coastal Urban Zones”, cuyos resultados forman parte del proyecto Fondecyt Iniciación 2023 Folio11230189. “Esta participación en el Congreso Anual organizado por AWMA ha sido una gran oportunidad de mostrar los desarrollos alcanzados en materia de simulación de calidad de aire que hemos logrado en los últimos años. En esta ocasión, interactuamos con investigadores y expertos internacionales, lo que nos permitió apreciar los avances en materia de normativa, gestión e investigación para enfrentar problemas de contaminación ambiental. Además, pudimos intercambiar experiencias con el reconocido experto internacional, Dr. Joshua Fu, quien colabora en el proyecto Fondecyt. Esperamos que los resultados presentados, puedan prontamente ser publicados para así difundir globalmente los avances obtenidos”, comentó el académico. Escuela de Ingeniería Química PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Con IA visual crean sistema para reducir mortalidad en postoperatorios

El proyecto propone un monitoreo con cámaras, sensores e información instrumental para generar alertas efectivas en caso de complicación y disminuir la fatiga de alarmas. Desarrollar y validar un sistema de monitorización visual automatizado basado en Inteligencia Artificial (IA) para detectar oportunamente las complicaciones en el postoperatorio de los pacientes sometidos a una cirugía mayor, es el principal objetivo de un proyecto conjunto de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y el Hospital Clínico de la Universidad de Chile.  La iniciativa plantea la creación de un sistema integrado multiparámetro que evalúa distintas funciones vitales, entrega respuesta en tiempo real, es de bajo costo de implementación, establece un filtro entre la señal detectada y la activación de alarmas para el equipo sanitario, y no requiere contacto físico con el paciente.  Según explicó el académico del Doctorado en Ingeniería Eléctrica y encargado del Laboratorio de Robótica y Visión de la PUCV, Gabriel Hermosilla, el sistema operará en base a cámaras RGB –diseñadas específicamente para capturar luz visible, sensible a los colores primarios: rojo, verde y azul–, cámaras y/o sensores térmicos que registran variaciones en la temperatura del paciente y un sensor de profundidad.  Este conjunto de cámaras estará conectado a un ordenador que procesará las señales por medio de un algoritmo para detectar las complicaciones de los pacientes cuando éstas ocurran.  «Este sistema nos permite monitorear variables que son complejas y darles criterios en distintos niveles. Por ejemplo, hay algunas complicaciones en las que las alarmas deben ser rápidas versus otras que pueden ser más prolongadas, por lo tanto, el sistema tiene que definir automáticamente estas alarmas mediante un análisis visual basado en cámara», indicó Hermosilla.  SALVANDO VIDAS En Chile se realizan 500 mil cirugías cada año. La tasa de complicaciones tras una intervención quirúrgica oscila entre un cinco y un 60 por ciento, afectando a cerca de 300 mil pacientes al año, en tanto que la mortalidad a los 30 días de una operación es del uno por ciento.  «De cada mil pacientes operados, el uno por ciento fallece a causa de complicaciones postoperatorias y lo que queremos es evitarlo mediante el control basado en Inteligencia Artificial de diversas variables. Además, la idea es reducir la fatiga de alarmas que se produce porque los mismos equipos generan alertas no solamente derivadas de alguna complicación, sino que producidas por algún parámetro instrumental que hay que regular, lo que puede generar cierta insensibilización en el personal de enfermería, agobiado por el constante sonido. Para mejorar eso, el sistema generará alarmas efectivas y diferenciadas dependiendo de la emergencia y de los tiempos de respuesta requeridos», indicó el investigador de la PUCV.  A través de este proyecto FONDEF IDeA I+D, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), se busca implementar un sistema de apoyo al personal médico cuyo objetivo es salvar vidas. La experticia de los investigadores de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la PUCV se relaciona, precisamente, con Inteligencia Artificial y el trabajo con cámaras y sensores en el Laboratorio de Robótica y Visión. Los expertos del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, bajo la dirección de Antonello Penna, aportan el conocimiento en medicina necesario para nutrir el sistema.  «Hay una interdisciplinariedad en este proyecto. Tenemos un equipo integrado por un alumno de magíster, un ingeniero PUCV y, por otro lado, contamos con servidores para poder entrenar nuestros modelos de Inteligencia Artificial. Hay un proceso de etiquetado donde participan expertos médicos para verificar condiciones y realizar acciones como tomar muestras de color, ver la respiración de los pacientes y todo ese aspecto visual nos va a permitir generar alarmas efectivas para el monitoreo temprano de estas complicaciones», explicó Hermosilla.  MÁS QUE UN INGENIERO El estudiante del magíster en Ciencias de la Ingeniería mención Ingeniería Eléctrica de la PUCV, Carlos Morris, participa en el desarrollo principal y la recolección de datos que, una vez obtenidos, serán etiquetados por expertos. Luego, será parte del entrenamiento de los modelos y las pruebas necesarias para crear la interfaz que permitirá poner en marcha el sistema.  «Me siento muy emocionado por esta investigación, principalmente porque cuando comencé a estudiar nunca aterricé la idea de cómo podría apoyar a la sociedad. Este proyecto me permite dejar una huella, crear algo que se utilice y que ayude a la gente, más allá de ser otro ingeniero», destacó Morris.  El investigador Gabriel Hermosilla finalizó destacando la importancia de vincularse con el sector socioproductivo, en este caso con un centro médico, resaltando que «es un proyecto que nos permite salvar vidas y crear nuevos insumos y sistemas para hospitales, que apuntan a mejorar la vida de las personas». Fuente: G5 NoticiasComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

“A las futuras ingenieras: que sepan que su mirada es valiosa, que somos necesarias y que somos muchas las que estamos trabajando para abrir aún más ese camino»

Imara Gamboa, ingeniera civil química de la PUCV Con una trayectoria marcada por el compromiso con la sostenibilidad, la transición energética y la igualdad de género, Imara Francisca Gamboa Caro representa a una nueva generación de ingenieros civiles químicos formados en la PUCV, capaces de desenvolverse en contextos cada vez más complejos, tanto técnicos como sociales y ambientales.  Imara comenzó sus estudios en la carrera de Ingeniería Civil Química de la PUCV en 2014 y se graduó en 2020. Desde entonces, ha recorrido un camino profesional diverso y desafiante, donde combina conocimientos técnicos, experiencia en territorio y una profunda vocación de cambio. «Buscaba una carrera desafiante, con un fuerte componente científico y proyección en diferentes industrias», comenta al recordar cómo tomó la decisión de estudiar Ingeniería Civil Química.  La elección por la PUCV no fue casual: «Es una de las instituciones más reconocidas del país en esta área, y además fomenta el desarrollo integral de sus estudiantes, algo que valoro mucho». Su carrera comenzó en el Laboratorio Ambiental de la SEREMI de Salud en Viña del Mar, donde fortaleció su formación en normativas y gestión ambiental. Más tarde, se unió a la empresa MAE como ingeniera de proyectos en el Proyecto Volta, una iniciativa ambiciosa que combina una planta de hidrógeno y amoníaco verde con un parque fotovoltaico. En ese rol, ha participado activamente en ingeniería, tramitación ambiental y en el relacionamiento comunitario. «Trabajar en el territorio, con las comunidades, me conecta con una parte fundamental de la profesión: entender que las decisiones técnicas siempre tienen un impacto social y ambiental», afirma. Este enfoque también la ha llevado a colaborar con organizaciones como la Asociación Mujeres en Energía y Women in Green Hydrogen, además de participar como voluntaria en la Academia de Transición Energética de LATAM y el Caribe de la ONG Uno.Cinco.  Su interés por seguir aprendiendo la llevó a realizar un Diplomado en Tecnologías del Hidrógeno en la PUC, y actualmente está cursando otro en Proyectos Energéticos en la misma universidad.  Una experiencia reciente que destaca fue su participación en la Gira Tecnológica de Hidrógeno Verde en Alemania, organizada por el Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética. «Visitamos empresas, centros de investigación y proyectos en marcha. Fue una experiencia intensa y valiosa, que me permitió entender cómo se organiza un ecosistema colaborativo en torno al hidrógeno verde», comenta. Más allá de lo técnico, Imara resalta lo mucho que ha ampliado su visión: «Regresé con nuevas perspectivas, una mayor claridad sobre los desafíos en Chile y la seguridad de que la colaboración, la innovación y el financiamiento son clave para el crecimiento de esta industria».  Sobre la formación que recibió en la PUCV, no duda en decir que fue esencial para su ingreso al mundo laboral: «La universidad ofrece una formación técnica muy sólida, pero también prepara para entornos diversos. Me enseñaron que el trabajo no es individual ni aislado, sino que siempre requiere colaboración, algo que aplico día a día». Además, reconoce que tanto las habilidades técnicas como las habilidades blandas han sido clave en su recorrido. «La capacidad de análisis integral que aporta la ingeniería de procesos ha sido fundamental. También, trato siempre de comunicarme con empatía y respeto, lo que ha fortalecido mi trabajo en equipo y el relacionamiento con otros actores».  Imara tiene muy claro que su vocación está en la transición energética. Le interesa profundizar en soluciones que integren sostenibilidad, territorio y perspectiva de género. «Creo que el desarrollo energético tiene que hacerse de forma responsable. No basta con diseñar soluciones viables, sino que también hay que pensar en el impacto que tendrán en las personas y en el medio ambiente».  Frente a los grandes desafíos sociales, ambientales y tecnológicos del mundo, ella piensa que la ingeniería química puede jugar un rol clave. «Nuestra profesión será fundamental en nuevas industrias como el hidrógeno verde, pero también en los sectores tradicionales. Siempre habrá espacio para mejorar, innovar y hacer las cosas mejor. Tenemos las herramientas para contribuir al cambio». A quienes hoy empiezan su etapa en la PUCV, su consejo es claro: «No se enfoquen solo en lo técnico. Desarrollen habilidades humanas, piensen críticamente, cuestionen todo y busquen siempre hacer los procesos más sostenibles y responsables. Y a las futuras ingenieras, especialmente: que sepan que su mirada es valiosa, que somos necesarias y que somos muchas las que estamos trabajando para abrir aún más ese camino” Escuela de Ingeniería Química PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

PUCV da fuerte impulso a la investigación de frontera con equipamiento de última generación

Con la ceremonia de lanzamiento de la plataforma “Citometría de flujo y cell sorting espectral Cytek”, proyecto Fondequip mediano financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y adjudicado por la Escuela de Ingeniería Bioquímica, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) da un importante paso en su consolidación como institución líder en investigación de frontera en la región y el país. La utilización de este instrumento –conocido como Aurora– impactará la investigación en áreas como la biofarmacéutica y la biotecnología para la salud humana y animal; biotecnología agrícola y ambiental; biomedicina y neurofarmacología, impulsando el desarrollo de conocimiento y tecnología que van en directo beneficio de las personas, la industria y la sociedad en general. “Nuestro Plan de Desarrollo Estratégico 2023-2029 comprometió numerosos esfuerzos para los próximos años, siendo uno de ellos la investigación de frontera construida y sostenida por la capacidad de nuestros profesores para incursionar en nuevos desarrollos y tecnologías. Esta investigación va de la mano de inversión en infraestructura, laboratorios, y tecnología. Hoy damos a conocer una inversión muy importante, un Fondequip que permite ir materializando proyectos con el propósito de incentivar la investigación de frontera”, destacó el rector de la PUCV, Nelson Vásquez. Con la adquisición de Aurora, se instalan capacidades de investigación asociativa no solo dentro de la Universidad, sino que en toda la región y la comunidad científica. Próxima a cumplir su centenario, la PUCV continúa fortaleciendo el postgrado, las distintas líneas de investigación que desarrolla, la internacionalización y la relación con la industria. “Es un hito altamente relevante porque se instalan capacidades de investigación asociativa que favorecen a toda la región, a la comunidad de investigación y también a la formación de nuevos estudiantes y científicos en este tipo de tecnología de frontera”, sostuvo la subdirectora (S) de Centros de Investigación Asociativa de la ANID, Nicole Ehrenfeld. Por su parte, el vicerrector de Investigación, Creación e Innovación, Luis Mercado, destacó las posibilidades que entrega esta tecnología. Agregó que el citómetro se enfoca en el área de las ciencias biológicas “con un potencial de aplicación en investigación, servicios y formación de capital humano.  Nos proyecta hacia el futuro en los planes estratégicos que la Universidad tiene con respecto a investigación en el área biomédica” INVESTIGACIÓN DE FRONTERA “Aurora” es una tecnología que por primera vez llega a la Región de Valparaíso y uno de los tres equipos de este tipo que existen en Chile. Se trata de un citómetro de flujo espectral y Cell Sorter para seleccionar células específicas y separarlas físicamente en diferentes tubos, conservando su esterilidad y viabilidad. “Es una tecnología de punta a nivel mundial, y nos permite caracterizar células de diferentes orígenes –bacterianas, fúngicas o animales– de forma individual. Usualmente en el laboratorio lo que uno caracteriza es el comportamiento de la población completa, no de las células individualmente. Esta tecnología tiene aplicaciones, tanto desde el punto de vista de investigación biotecnológica como clínica”, explicó Claudia Altamirano, académica de la Escuela de Ingeniería Bioquímica y directora del proyecto. Sus aplicaciones son innumerables y variadas, abarcando distintas disciplinas e impactando en diferentes ámbitos, permitiendo el avance de la investigación de frontera. “Gracias a esta tecnología, en la Escuela de Ingeniería Bioquímica de la PUCV, logramos por primera vez aislar una célula mamífera recombinante que produce un anticuerpo monoclonal en grandes cantidades para su uso en colitis ulcerosa. Además, caracterizamos un modelo celular de Alzheimer que, frente a una agresión oxidativa, y en presencia de un compuesto bioactivo responde reduciendo marcadores asociados a dicha patología, lo cual impulsa el desarrollo de un bioactivo para tratar esta enfermedad”, subrayó Claudia Altamirano. UNIVERSIDAD LÍDER Y PIONERA “Aurora” es una tecnología única en la región que se encontrará disponible para diversos grupos de investigación más allá de la PUCV, potenciando la asociatividad con otras instituciones públicas y privadas, además del desarrollo de proyectos interdisciplinarios. “A través de las capacidades que hoy presenta la casa de estudios con este proyecto Fondequip, el Fondo de Investigación para Universidades (FIU) y el vínculo con el Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo (FRPD), toda la actividad científica se pone a disposición para solucionar los desafíos de las personas, lo que va en línea con lo que buscamos y entendemos sobre cómo tiene que hacerse la ciencia para las regiones y para el desarrollo del país”, manifestó el seremi de Ciencias de la Macrozona Centro, Rodrigo González. Los representantes del mundo empresarial que asistieron a la ceremonia de lanzamiento de Aurora destacaron el liderazgo de la Universidad en materia de investigación. Al respecto, el Gerente de Desarrollo de Cytek Biosciences para Latinoamérica, Christian Leiva, indicó que “Chile se ha convertido en un referente biotecnológico y la PUCV es pionera al ponerse a la vanguardia de este tipo de tecnología”. “Es muy grande el vínculo que hay entre la universidad y la empresa, porque permiten hacer simbiosis en lo que es el desarrollo de productos y tecnología. Y en particular la PUCV, con este citómetro de flujo espectral, CellSorter, ya que es el único en la región y el tercero en Chile, podrá cubrir las necesidades que hoy día no están dadas en la región”, añadió el gerente general de Gene X-Press, Danilo Mihovilovic.  Fuente: PUCVFotos: Camila RiverosComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Nueva docente se incorpora al equipo académico de la carrera de Ingeniería Civil de Minas de la EIQ-PUCV

“Me interesa transmitir el gusto por el conocimiento, por cuestionarse las cosas” Con una sólida trayectoria en la industria minera y una formación académica que cruza disciplinas y fronteras, la geóloga Blanca Gana se ha integrado recientemente al equipo docente de la carrera de Ingeniería Civil de Minas de la PUCV. Su incorporación marca el retorno a una casa de estudios que ya conoce bien, pero ahora con nuevas herramientas, desafíos e investigaciones por desarrollar. Formada como geóloga en la Universidad de Concepción, la Dra. Blanca Gana desarrolló una carrera profesional de aproximadamente diez años en el sector minero, desempeñándose en diversas áreas como geología de exploración y explotación, en yacimientos de oro, hierro y cobre, y en faenas que iban desde la gran minería hasta la pequeña minería y la minería artesanal. Su experiencia se extendió por distintos puntos del país, como Antofagasta, La Serena y Ovalle, y también incluyó un paso significativo por el Ministerio de Minería, donde participó en un programa de apoyo a la pequeña minería. Esa etapa, según cuenta, fue especialmente interesante por el enfoque distinto que implicaba y los aprendizajes que entregaba. Luego de ese intenso periodo en terreno, se trasladó a Viña del Mar, donde trabajó en una consultora de geotecnia. Esa cercanía geográfica con la PUCV facilitó su primer vínculo con la Escuela de Ingeniería Química, donde comenzó a desempeñarse como docente y a colaborar con el Centro de Minería. Durante esa etapa también formó parte de un proyecto Innova Corfo liderado por el profesor Juan Palma, de la Escuela de Construcción, cuyo resultado fue la elaboración de la Guía de Estabilidad Física para SERNAGEOMIN. Uno de sus aportes más concretos en esa primera etapa fue su participación en la creación del Laboratorio de Mecánica de Rocas, colaborando en la organización e instalación de los equipos. Su permanencia en la Escuela de Ingeniería Química se extendió hasta fines de 2016. Con la inquietud académica siempre presente, y tras una pausa laboral, decidió emprender el desafío de realizar un doctorado. Recuerda, incluso, que había sido aceptada en la Universidad de La Plata en 2010, pero no pudo concretarlo debido al terremoto de ese año y a razones personales. Diez años más tarde, encontró la oportunidad de estudiar el Doctorado en Ciencias Ambientales de la Universidad de Playa Ancha, en cotutela con la Universidad de Alicante, España, donde obtuvo además el Doctorado en Agua y Desarrollo Sostenible. Su formación se desarrolló en un contexto complejo, marcado por el estallido social y la pandemia, lo que implicó ciertos retrasos, pero finalmente culminó con éxito ambas titulaciones. Apenas terminó la tramitación de su título, supo del concurso para el cargo académico en la EIQ, para integrar el cuerpo docente de la carrera de Ingeniería Civil de Minas. Aunque aún no tenía oficialmente su grado, pudo participar del proceso y, luego de varias entrevistas, fue seleccionada. El regreso a la PUCV ha sido una experiencia positiva y emotiva, pues se ha reencontrado con docentes con los que ya había trabajado y ha conocido a nuevos académicos con los que ha podido compartir intereses investigativos y explorar futuras colaboraciones.  Sus líneas de investigación se enfocan en la geomecánica, los modelos hidrogeológicos, las relaciones hidroquímicas entre aguas superficiales y subterráneas, y los riesgos geológicos. Se trata de áreas con gran proyección, tanto en la academia como en la industria, y que ofrecen múltiples posibilidades de colaboración interdisciplinaria. El nuevo rol que asumirá en la EIQ considera un importante componente investigativo, lo que representa una oportunidad clave para la académica, al estar iniciando formalmente su carrera como investigadora. Este tiempo le permitirá fortalecer los vínculos con colegas de otras instituciones y consolidar nuevas líneas de trabajo. Paralelamente, volverá a la docencia, un espacio que valora profundamente por la posibilidad que le brinda de acercarse a las nuevas generaciones y transmitir no solo conocimientos técnicos, sino también una manera de mirar y comprender el entorno. “La forma de acceder a la información ha cambiado, hoy es mucho más fácil. Pero lo fundamental sigue siendo el cómo analizamos lo que aprendemos”, reflexiona. Su motivación está en despertar en sus estudiantes el gusto por el conocimiento, por la investigación, por hacerse preguntas. Aspira a que quienes se formen en la carrera desarrollen la capacidad de observar una montaña y cuestionarse su origen, estructura o riesgos; que entiendan la naturaleza desde una mirada más práctica y crítica, y que esa comprensión los acompañe en sus decisiones profesionales. “Me interesa transmitir el gusto por el conocimiento, por cuestionarse las cosas”, señala. La docente reconoce además la importancia del trabajo interdisciplinario, especialmente en el mundo minero actual. Como geóloga, ve en sus futuras clases una oportunidad para que los y las estudiantes de Ingeniería Civil de Minas comprendan mejor el rol de otras disciplinas, desarrollen habilidades para comunicarse con profesionales de distintos campos, y construyan puentes entre lenguajes técnicos. “Mi idea fundamental es que ellos entiendan qué hace un geólogo, qué pueden pedirle, cómo interpretar esa información y cómo colaborar de forma efectiva. Esa capacidad de ‘traducir’ entre disciplinas será cada vez más valiosa”, explica. Considera que la PUCV cumple un rol fundamental en la región y que la carrera de Ingeniería Civil de Minas ha formado profesionales altamente valorados por la industria. Su anhelo es aportar desde su experiencia y especialidad para fortalecer aún más esa formación, y que los estudiantes cuenten con más y mejores herramientas para su futuro profesional. Hoy, la Dra. Blanca Gana dice estar feliz de haber vuelto a la Escuela de Ingeniería Química. El ambiente de bienvenida ha sido cálido, lo que reafirma su entusiasmo por esta nueva etapa. Escuela de Ingeniería Química PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV

Ingeniería Eléctrica: Desarrollan sistema de sensores para monitorear caídas en adultos mayores

Un innovador proyecto que busca contribuir a mejorar la calidad de vida de adultos mayores y sus cuidadores está desarrollando el académico de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y codirector del laboratorio LabSens de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Daniel Yunge. Se trata de una iniciativa enfocada en aplicaciones de cuidado para personas que, mediante la implementación de sensores de movimiento, serán capaces de alertar en caso de algún accidente. A través del uso de computación neuromórfica, una rama emergente de la Inteligencia Artificial (IA) que imita el funcionamiento del cerebro humano para procesar información de forma eficiente, rápida y con un consumo energético muy bajo, la investigación apunta al desarrollo de tecnologías de asistencia para personas mayores con el fin de monitorear su actividad diaria y alertar a hijos o cuidadores ante cualquier anomalía, permitiendo una respuesta rápida ante una emergencia. “LANTERN: Sistema neuromórfico adaptativo de bajo consumo para vida asistida” es un proyecto Fondecyt de Iniciación liderado por el profesor Daniel Yunge que, a través de redes neuronales pulsantes que se inspiran en la biología cerebral, busca clasificar en tiempo real actividades de la vida diaria –como caminar y sentarse – así como detectar caídas, con alta precisión y mínima demanda energética. Esto es posible gracias a la implementación de modelos entrenados con simulaciones biomecánicas y su despliegue en plataformas hardware especializadas. “Queremos alcanzar la eficiencia energética mediante sensores corporales a través de este nuevo paradigma que se llama computación neuromórfica, que está muy ligado a las redes neuronales y la inteligencia artificial. Esta tecnología no solamente beneficia al paciente, a los adultos mayores, sino que se enfoca en los cuidadores porque los ayuda a supervisar que sus padres o abuelos están realizando normalmente sus actividades de la vida diaria; en el futuro esperamos poder detectar incluso cambios de comportamiento que podrían ser una alerta temprana de demencia”, explicó Yunge. ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN La principal razón que motivó al académico a incursionar en este tipo de soluciones se relaciona con el acelerado envejecimiento de la población y la necesidad de desarrollar tecnologías que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas. “En este momento, son varios cientos de miles de adultos mayores –cerca de 400 mil– que viven solos en Chile. En Europa también sucede este fenómeno. El hecho de vivir solos los hace vulnerables ante cualquier evento imprevisto, lo que perjudica su calidad de vida y también la de sus hijos y cuidadores, que están constantemente temiendo un accidente”, expresó Daniel Yunge. IA VERDE Y AHORRO DE ENERGÍA El objetivo de LANTERN es aportar al desarrollo de tecnologías más inteligentes, sostenibles y adaptables para el cuidado de personas mayores, contribuyendo también al avance de la IA verde y estableciendo nuevos estándares en el campo de la computación neuromórfica. Los sistemas de computación neuromórficos buscan imitar las funciones del cerebro, con el objetivo final de igualar —o incluso superar— las capacidades de procesamiento de IA de los sistemas computacionales tradicionales, minimizando el gasto energético requerido. Como dato, para realizar la misma función que un computador tradicional, su equivalente neuromórfico emplea mil veces menos energía. “La Inteligencia Artificial Verde ataca el problema de los excesivos consumos energéticos que están dando todas las aplicaciones de IA actuales. Por ejemplo, realizar una consulta en Chat GPT consume varios litros de agua porque los sistemas necesitan enfriamiento y además requieren consumos energéticos significativos: un data center donde corren modelos de IA consume varios mega watts, lo que es equivalente al consumo de varias decenas de miles de hogares. Todo lo que contribuya a reducir el consumo energético de los modelos de inteligencia artificial, apunta a reducir esa huella. Y la computación neuromórfica ataca al corazón de ese problema”, explicó Yunge. El proyecto contempla el apoyo de profesionales de Kinesiología y Educación Física de la PUCV, así como de la comunidad neuromórfica internacional, en específico investigadores de la Universidad de Tennessee en Knoxville USA. Asimismo, incluye la colaboración de estudiantes de postgrado de la PUCV, como el caso de Gonzalo Soto, alumno del Magíster en Ciencias de la Ingeniería con mención en Ingeniería Eléctrica, encargado de nutrir el sistema de información y hacer pruebas de su funcionamiento. “Mi participación en el proyecto Lantern se enfoca en colaborar en la creación de una red neuronal que se asemeja al cerebro humano tanto en su funcionamiento como en su arquitectura y hacer pruebas de concepto de esta red, ver cómo funciona, si es viable y detectar elementos que no funcionan, para cambiarlos”, explicó el estudiante. Fuente: PUCVComunicaciones Facultad de Ingeniería PUCV